miércoles, 31 de julio de 2013

ALCALÁ SE MUEVE

Pisos okupados en Duquesa de Talavera

El título nos lo regala la iniciativa popular de los vecinos que están hartos de que les tomen el pelo con una cosa tan sencilla como es tener la ciudad dividida en dos mitades. El tráfico es un caos, el centro está incomunicado y su acceso principal, la esquina de la calle sor Emilia, conmueve. El día menos pensado, en esa ratonera, se avería un camión (Dios no quiera que sea de bomberos) y ya la hemos liado. Para recorrer unos 500 metros lógicos en automóvil hay que hacer con el coche dos kilómetros y medio, pongamos por caso ir del mercado de abastos al museo municipal. Eso no se le ocurre a nadie con dos dedos de frente. Claro que todos estamos por la peatonalización del centro y por dar prioridad a las personas frente a los coches, pero las tiendas necesitan zonas de carga y descarga y a los ciudadanos que viven en el centro, por el mero hecho de hacerlo, no les toca de chiripa un garaje particular en propiedad a pie de casa. Hay que buscar fórmulas lógicas, estudiar propuestas, y buscar consensos que satisfagan el bien común. 

Pero el encabezamiento de la columna no era solamente apoyar esta propuesta, sino dejar constancia de que el inmovilismo reaccionario de la mayoría absoluta del senador toca a su fin. El cortijo hace aguas y los alcalareños se están dando cuenta de que otra Alcalá, más democrática, participativa y transparente es posible. Si no ¿a qué viene esa encuesta anónima, pero con un tufillo municipal que espanta, tan interesada por nuestra opinión sobre Laura Ballesteros? Aquí se acabó el ordeno y mando de un vecino de Dos Hermanas que se pasa más tiempo en Madrid que en su pueblo. A partir de ahora hay una oposición constructiva, que saca las resoluciones más progresistas que hemos tenido en muchos años, que vigila que no se malgaste nuestro dinero y que vela por los intereses de los alcalareños, no por los de un puñado de militantes de partido que comen (y beben) a nuestra costa. Este sí que es un tiempo político nuevo, y no lo que promete su ahora incondicional candidata señora Díaz, alcalde. 

PUBLICADO EN LA VOZ DE ALCALÁ EL 31 DE JULIO


lunes, 29 de julio de 2013

Salir de Guatemala para caer en guatepeor

Sello de Correos de Felipe IV

AÑO de 1640. Siete de junio, día del Corpus Cristi. En Cataluña estalla una rebelión popular de los payeses y los segadores asalariados. La rebelión llega a Barcelona y dentro de la matanza generalizada de funcionarios reales, se masacra al virrey –por cierto catalán– Dalmau de Queralt, conde de Santa Coloma.

La burguesía, que apoya fervorosamente la rebelión termina forzando a las Cortes Catalanas a proclamar la República Catalana, abjurando de Felipe IV como conde de Barcelona. Los burgueses se arrepienten pronto de su decisión porque los menesterosos que son los que la han llevado a cabo materialmente la rebelión, se pasan por el arco del triunfo la efímera república y persiguen a muerte a la burguesía.

Estando así las cosas y debido a desgobierno generalizado los gobernantes de la recién nacida república renuncian a ella y le prestan sumisión al rey de Francia, a la sazón Luis XIII, al que proclaman conde como Luis I de Barcelona, que nombra a un virrey francés y a funcionarios de esa nación. O sea, que salieron de Guatemala para caer en guatepeor. Por lo tanto desde ese momento, el territorio de la actual Cataluña junto con el condado del Rosellón y parte de la Cerdaña –lo que llaman los nacionalistas catalanes de hoy, la Cataluña Norte-, dejan de pertenecer a España y pasan a depender de Francia. Los ejércitos franceses se establecen en Cataluña a la que afluye una gran cantidad de comerciantes galos que favorecidos por la administración de su país le hacen una competencia feroz a los catalanes, que pierden los privilegios propios de su Estatut.

Lo más curioso es que el germen de la revolución fue la negativa de las Cortes Catalanas a sufragar parte del ejército de Felipe IV o en caso contrario enviar como soldados a un determinado número de mozos. Ahora se encuentran con que tienen que costear a la fuerza un ejército francés de ocupación aposentado en Cataluña.

Para no cansar con el tema, diremos que la situación se prolongó nada menos que doce años, hasta que el ejército de Felipe IV en 1650 entra en Cataluña, aclamado –por cierto- por la mayoría de los catalanes, que estaban hasta el gorro de los franceses.

De nuevo Cataluña pasa a depender de Felipe IV. Pero ya se sabe que cuando finaliza una guerra se firma un tratado de paz. En este caso, el llamado de los Pirineos, en virtud del cual Francia se queda definitivamente con el Rosellón y parte de la Cerdaña separados para siempre de Cataluña y de España.

O sea, que los catalanes por no contribuir con su parte alícuota al ejército de Felipe IV, como lo hizo Aragón, Castilla, Vizcaya, Navarra y 
tutti cuanti, tuvo una revolución, una pérdida de soberanía con sometimiento a Francia durante doce años, una guerra de recuperación de dos años, para quedarse igual que al principio. Bueno, igual que al principio no, porque de Cataluña se desgajó para siempre una parte de ella: el condado del Rosellón y la Cerdaña catalana, en donde desde entonces impera el más genuino y acreditado centralismo francés.

Luis XIII de Francia
Todo esto me lo ha recordado haber leído en los medios, la ocurrencia que han tenido los capitostes del Consejo de Transición Nacional para la independencia de Cataluña, con el lider de ERC, Sr. Junqueras a la cabeza. En vista de que mantener un ejército de la Srta. Pepis le costaría a Cataluña unos 4.000 millones de euros al año, han pensado en tres opciones: una, no tener ejército; otra, tener un cuerpo mínimo de élite, como Islandia, que tiene sobre trescientos mil habitantes (Cataluña alcanza casi los siete millones); y la mejor de todas: firmar un acuerdo de defensa con Francia. Es decir, salir de la soberanía española para cedérsela a Francia. Porque el país vecino, como es lógico, en la remota posibilidad de que contemplara esta ocurrencia, supongo que pediría algo a cambio. Y como dinero no iba a ser, pediría soberanía. Y sería una soberanía a la francesa, es decir centralismo en estado puro con sometimiento a París.

Aparte de ser los independentistas catalanes ignorantes en historia y por lo tanto a estar condenados a repetirla, hay que ser melón para salir de un Estado descentralizado al máximo para integrarse en otro absolutamente centralista.

TORCUATO LABELLA

PUBLICADO EN EL CORREO GALLEGO EL 22 DE MAYO DE 2013

sábado, 20 de julio de 2013

COMPRA A QUIEN TE COMPRE

Cartel de una galería porticada de Laredo (Santander)

Compra a quien te compre. La sabia frase me la acaba de decir un ilustre abogado de Alcalá que se la aprendió de su padre. El lugar, el nuevo mercado de abastos en el antiguo edificio de la Eléctrica, donde entre los puestos de los que se jubilan y de los que echan el cierre, afronta un incierto futuro si no hacemos algo por salvarlo. Antes, cuando todo era más sencillo, la gente sabía buscarle las vueltas a las cosas para salir adelante. El sentido común era de lo más normal, y entre las necesidades desde luego no estaba la de rodearnos de patanes que nos explicaran entre líneas el significante y el significado de muchas palabras, como por ejemplo precio y coste.

En esta época de tremenda crisis hay que mirar con cuatro ojos donde nos gastamos el dinero, porque de lo contrario las fichas de dominó caerán inexorablemente del mismo lado y terminarán por aplastarnos. Miremos y mimemos el comercio local, no dejemos que se nos escape un euro. No hace mucho tiempo, cuando nuestra moneda era solamente nacional, la devaluábamos o la sobrevalorábamos en función de las circunstancias. Ahora, con el euro, sólo nos quedan dos caminos: fomentar el consumo de los productos fabricados en España y exportar como locos. Lo segundo, afortunadamente, lo estamos consiguiendo, es la única manera de no vernos abocados al desastre. Los empresarios, obligados por las circunstancias, se están liando la manta a la cabeza y rompen de manera ejemplar esa timidez anterior, ese creerse que el mercado se acababa en los Pirineos o en el Estrecho.

En cuanto a lo primero, está en nuestras manos, si podemos elegir, consuma productos cuanto más cercanos mejor. Estas vacaciones, quédese en España si ha pensado salir fuera. Nuestros parados se lo agradecerán. Hoy por ellos, mañana por usted. Los duros acontecimientos de Egipto nos ayudan y de qué manera a llenar nuestras costas de turistas con un dinero que pensaban dejar en otro lado. Bienvenido sea. Lo necesitamos y de qué manera.

PUBLICADO EN LA VOZ DE ALCALÁ EL 15 DE JULIO