miércoles, 16 de agosto de 2023

Batalla y deseo

 

Exposición de Juan Muñoz en Madrid



                                       “No decía palabras,

Acercaba tan solo un cuerpo interrogante,

Porque ignoraba que el deseo es una pregunta

Cuya respuesta no existe,

Una hoja cuya rama no existe,

Un mundo cuyo cielo no existe.” (Luis Cernuda).


Dos cuerpos se traban en combate

 Dispar y constante,

Entrelazan sus manos, agarrotan sus dedos, sus espaldas golpean, 

Entrechocan los pechos y los labios se muerden con una sed insaciable.


         Miradlos, ellos, dos que fueron extraños, alejados, distantes

Y, ahora, son todo en uno, los perfectos 

Amantes.

   

          Otro tiempo,

Dudaron o estuvieron

Perdidos en planetas errantes, 

Desconocidos para ellos en vida, sin vasos comunicantes;

Se decían palabras sin voces, no escuchaban los ecos, no tentaban las pieles, no auscultaban sus sangres;

Pero ahora, están juntos y los cuerpos esbeltos, nos revelan la luz de dicha radiante;

Gloria eterna a la vida, pasión perfecta, presa en un nudo de las jóvenes carnes.


Se han rendido a las horas, vencidos, tras el sexo y el clímax, ya  saciada su hambre/

De tener al amado y ser solo el otro, sin distingos, ni dudas, ni extraños percances.

Para ellos, el tiempo es infinito, sucesión trastocada de múltiples instantes.


Luna oscura que cubres esos cuerpos ahítos que yacen

Unidos sin historias ni ritmos, ni quejidos inútiles, solo observes placeres

Sin cuento, alegrías sin límites, risas sin sonidos, palabras ya dichas y para ellos, nada más, que abrazarse.

¿Qué os importa el futuro, tan incierto y distante?

¿Qué os turba en vuestro sueño, fugaces caminantes?

¿Qué os preocupa si el alba se aproxima ya rauda y, pronto, la luz fulgurante

Os descubrirá que todo se acaba y las horas pasadas no pueden recuperarse?


Por eso, os lo suplico, ¡dejadles¡

Porque el placer es un muchacho frágil y la vida un sordo dolor irritante.

DOMINGO CARBAJO



Pluma de pavo real


jueves, 12 de enero de 2023

La mirada

 

Plaza de Callao



Madrid, una tarde de invierno,

La lluvia, inmisericordemente,

Golpea

En los escaparates de las tiendas.


El rostro de un viajero

Entrevisto, 

Que, perdido en la calle, otea

El fragor incansable de las luces, los coches, las gentes,

Ecos de sonidos, 

Deambular sintiente 

Y sin rumbo conocido. 

En un hotel, dos piernas,

Escorzo de mujer,

Esbozado apenas,

Cuerpo

Hermoso que, joven, deseas;

Tú, con músculos tensos,

Inevitablemente,

A la espera

¿Por qué ¿ A quién? ¿Qué sucede,

Si no llega?

En tu sueño,

La loca imaginación enhebra

Una historia ancestral de un amor inevitable y eterno.

Un amor para siempre,

Donde ella lo es todo y la pasión nunca muere.

O, quizás, olfateas

Una noche de sexo

Como nunca tuviste, 

Poderosas las fuerzas, te recogen sus brazos

Te acurrucan tus senos,

Te acaricia su piel y no se agota el deseo.


Pero,

Pronto, esa imagen nos devuelve a los hechos,

A la soledad de los hombres  modernos;

A ti mismo, a tus dudas, a tus frágiles pasos

Y, pronto, descubres, cuando cambias de acera, 

Que eres más viejo

Y también estás más cansado.

Dado

De un azar arrojado a los vientos,

En este día gris, de niebla

Espesa

Y en un Madrid lejano

Que solo sabe a escarcha.


DOMINGO CARBAJO VASCO

Madrid, 7 de enero de 2023.


 






lunes, 23 de agosto de 2021

Mientras vayas caminando



Las rosas se marchitan en su giro

Duelen

Los golpes de la vida, duelen

Muchas veces

Y hacen mucho daño.

Tienes el rostro magullado y las sienes

Los daños del tiempo

Están reflejando.

Hieren

En tu piel las olas de desánimo, 

Ese íntimo dolor que va creciendo,

Sin poder evitarlo.

La vejez cansina, el estupor diario, 

lo imposible

Que resulta levantarse temprano,

Creer

En este día en algo,

Desayunar, a solas, un pedazo

De pan o tomar un café amargo.

Tienes

Que luchar contra el cansancio,

Contra el reúma de pies y manos,

Contra la nostalgia de un pasado

Que, aún recuerdas, pleno fue de fe y ahíto de esperanza.

Sigues,

Sin embargo,

Con tus torpes plantas, arrastrando,

Porque otra cosa no sabes hacer,

Por la rutina feroz del laburo diario

Porque vas aprendiendo también

Que no resta otra historia:

Sino seguir marchando, 

Con zapatos de cuero o esparto,

Destrozando.

Hasta el final,

Con la muerte

Ya cerca su aliento, acechando.


Domingo Carbajo Vasco

20 de agosto de 2021.


miércoles, 4 de agosto de 2021

Los molinos de Alcalá


Rafael Romero Barros, Moguer, Huelva 1833-Córdoba 1895. Salió a subasta en la galería Ansorena de Madrid en la número 412, celebrada el 20 y 21 de julio de 2021. Junto a otra pintura del mismo autor y con un tamaño muy parecido, 62x83 centímetros.



El molino en la actualidad









lunes, 28 de junio de 2021

Cinco poemas, cinco

Nuevo libro de poesías



 SIN TÍTULO

Nada,

Ni el amor, ni la belleza,

Ni las palabras

Quedan.

Escribes un nombre

Y lo borra el agua,

Gritas con la voz

Y se lo lleva el viento,

Vives la historia

Y la aniquila el tiempo.

Silencio:

¿Qué fue del hombre

Que os dictó estos versos?




CANCIÓN

Recuérdalo, poeta,

mientras existas,

habrá un verso más importante que el tuyo:

la vida.



SIN TÍTULO

Esas

Nubes lentas

Que el viento

Se lleva,

Son palabras tuyas

Que no han vuelto

Nunca.


En los días de otoño

Mi pensamiento

Aún busca

Los recuerdos

Perdidos

De tus manos

Viajeras.

Pero,

Un perfume nuevo

Que por la ventana 

Entra,

No les deja

Espacio

A los imágenes viejas.

Ante la brisa clara,

Mi corazón se interroga:

¿De dónde vendrás, aroma,

Que no me sabes a ella?



SUICIDIO


¡Muchacho¡ 

Tu cuerpo,

Que se escapa por el río;

Entre los ecos 

turbios,

Es preciso

Cogerlo.


Narciso,

Atrápalo un instante,

Tú y el 

Agua:

¿uno mismo?


SIN TÍTULO


Dios no existe,

El amor tampoco,

Nos vamos

Quedando

Irremediablemente solos.


Tan cerca, tan distante

Estás de mí, mujer,

Que mis manos

Ya nunca alcanzarán tu rostro.

Otra, no tú,

Será mi esperanza,

Mujer de un día pasado,

De un tiempo lejano

Que no reconozco.

Han de volver las lluvias,

Retornar los vientos

Y caer las hojas por los otoños.


No estarás a mi lado,

No serás mía,

Pertenecerás a otro.


DOMINGO CARBAJO VASCO






















lunes, 8 de junio de 2020

Los ecos que vamos dejando


"Y avanzamos raudos hacia el ocaso". Sevilla desde el mirador de Santa Brígida

Para Jaime Alal,
Para poder acordarnos.

Nada vuelve
Sino las horas turbias
Que, siempre,
 Todos olvidamos.
Da el reloj las horas
Y avanzamos
Raudos
Hacia un ocaso
Oscuro, también sin importarnos.
No retorna el sueño
Sino el cansancio
De los pasados
Días que amargo
Fruto han dado.
Y, lentos,
Caminamos
Juntos, con cansancio, 
Tras un rato,
Otro y así, sin sentido, andando.
Viajero
Sin rumbo, ni pasado
O presente, futuro sin buscarlo;
No volverás 
De dónde te hayas ido,
Ni retornará
Sino el eco tenue de tus pasos.

DOMINGO CARBAJO VASCO
Madrid, 7 de junio de 2020.

martes, 24 de diciembre de 2019

Perseverancia en la tristeza

Zahara al anochecer

Hoy, afirmo que estoy triste.
Que el invierno 
Existe
Y que, además, no importa.

Que llueve,
Hace frío y el viento 
Golpea inclemente
Nuestro cuerpo
Y nuestra alma leve.

Que estar así es lo que ansío,
Que las causas son muchas y sin cuento,
Que ser hombre es duro y sin descanso,
Que nacer es morir en el momento
Y que las risas de los Dioses se escuchan a lo lejos.
En las aceras,
La soledad camina sin esfuerzo,
Que el amor, vacua palabra es, apenas
Humo, inútil esfuerzo
Y desencanto.
Porque existir es solo un compromiso,
Respirar cada día un puro agotamiento,
Porque la vida se agota en cada paso,
Porque mi rostro, ajado, es más de viejo,
Pues cada arruga es una historia de duelo 
Y de cansancio.
Nada importa la risa de ese niño,
Nada, la fútil alegría del consumo inexacto,
Nada son, al final, los falsos sueños,
Las turbias luces que ocultan los estragos
Del tiempo pérfido 
Que engaña los momentos.

Si, atrás volvieras, acaso
La nostalgia sería lo único válido,
El único tesoro de tus manos,
Que te importa, el único activo
Que disponer quisieras, pues olvido
Y cenizas son todo lo que has dado.

 Desde el principio, este juego
Está perdido,
Las cartas iban ya marcadas, el azar estúpido,
Los borrachos compañeros
Y el resultado nefasto.

Abandonad, humanos, pues, toda esperanza,
Refugiaros en el recuerdo
Y en la pena.
Pues el futuro no existe y os es extraño.
Y, acaso,
¿Qué os importa si digo que no quiero
Esbozar una mueca de sonrisa,
Un atroz gesto,
Fundamentalmente falso?.
Nacer es un crimen, ser humano
Un chiste bastante malo,
Perseverar ajeno 
Es a este mundo y morir es tan bueno
Como el nacer en el intento.

Porque, sabedlo,
Estoy triste y también me importa estarlo.

DOMINGO CARBAJO VASCO
DICIEMBRE DE 2020