El parto de Podemos en Alcalá no ha durado ni seis meses. La bandera de la regeneración, los adalides de la limpieza democrática, el buenismo llevado a sus últimas consecuencias por los que se creen que los pájaros maman y el kurkum surda de la extrema izquier
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Jessica Garrote |
da, acaba de hacer aguas en Alcalá. Su portavoz
Jessica Garrote junto a su compañera
Sheila Carvajal han abandonado la formación por discrepancias con sus “directrices”. Según ellas, en
Podemos Alcalá están más por el partido que por el pueblo. Claro, alcaldable Jessica, es lo que pasa cuando un día te despiertas y te das cuenta de que la realidad supera a la ficción de unas cuantas frases de camiseta, tres eslóganes con gracia y un voluntarismo de quita y pon.
¿Qué os creíais que era la política? ¿Ir a los plenos una vez a la semana, decir cuatro paridas y levantar o no la mano? ¿Tomar café en el bar de enfrente del Ayuntamiento a costa del erario público? ¿Sacar una pancarta y que las masas te sigan por la cara bonita?
La salida del flamante senador y a ratos alcalde de Alcalá es una nueva vía para abrir ventanas en Plaza del Duque 1 y que salga el aire viciado durante tres décadas de lo mismo. Si cada uno de los partidos de la oposición considera que
la victoria sería colocar a un propio con el bastón de mando, poco o nada habremos avanzado. A ver si nos enteramos dónde y cuáles son las metas. Si Alcalá puede o no puede.
Publicado en La Voz de Alcalá el 15 de octubre de 2015
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