Estado de los azulejos |
En La Plazuela está a punto de desaparecer parte de nuestro patrimonio artístico ante la indiferencia de todos. Son los azulejos de la fachada de la tienda Tejidos Marín. Lo que era la antigua confitería Aguilar se vistió de lujo con la cerámica artesanal de Campos y hoy en día si no se interviene pronto pasará a mejor vida. Muchos de los azulejos están rotos y otros no soportan ya el peso de los años. Campos fue fundada en 1939 por el maestro Antonio Martín Bermudo, “Campitos”, conocido así por ser hijo de un popular ebanista alcalareño apellidado Martín Campos. “Campitos” se inició profesionalmente en la por entonces prestigiosa firma ‘Cerámica Hermanos González’ de gran actividad en la época, realizando entre otros trabajos, gran parte de la azulejería de la Plaza de España de Sevilla y del Parque de María Luisa, con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 (no en vano, uno de los hermanos González, Aníbal, fue el arquitecto de la Plaza de España).
Publicidad de la confitería
Tras la quiebra de Casa González y de otras importantes fábricas de Triana, Campitos decide marchar a Madrid, donde permanece hasta la finalización de la Guerra en 1939. Es entonces cuando de vuelta a Sevilla funda un nuevo taller llamado Cerámica “Campos”, en la que aún trabajan sus descendientes en Gines.
Urge un grito de socorro para los azulejos de La Plazuela. Nada más hay que fijarse en cómo se salvaron los Mensaque de La Centenaria para darse cuenta de que es posible restaurarlos y lucir en nuestras calles una obra de arte gratis. Más adelante contaré un “soplo” de Recacha de quién nació en esa pastelería Aguilar.
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Tras la quiebra de Casa González y de otras importantes fábricas de Triana, Campitos decide marchar a Madrid, donde permanece hasta la finalización de la Guerra en 1939. Es entonces cuando de vuelta a Sevilla funda un nuevo taller llamado Cerámica “Campos”, en la que aún trabajan sus descendientes en Gines.
Urge un grito de socorro para los azulejos de La Plazuela. Nada más hay que fijarse en cómo se salvaron los Mensaque de La Centenaria para darse cuenta de que es posible restaurarlos y lucir en nuestras calles una obra de arte gratis. Más adelante contaré un “soplo” de Recacha de quién nació en esa pastelería Aguilar.
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