El café de Plácido y Grata |
En la calle Monsalves de Sevilla hay una "cuqui" cafetería. De esas modernas y funcionales donde sentirte a gusto. Más propia de un país nórdico que de uno medio moro, la verdad es que tomarse un simple café con leche fue toda una aventura. Porque devino todo menos simple. Mesas cómodas y amplias, pocas pero bien distribuidas. Ausencia de ruido y música de fondo de sala de dentista con ínfulas. Buen café. Muy bueno. Hasta el punto de que no te dan azúcar para no distorsionar el sabor. Como era desconfiado sobre el tema me buscaron un terrón de azúcar moreno. La promesa es que no lo utilizaría si no era estrictamente necesario. Se quedó intacto.
Es la cafetería del hotel Plácido y Grata, un cuatro estrellas en un edificio fin de siglo 19 reformado y acondicionado. Los cafés vienen de la factoría Ineffable, que se encargan ellos mismos de importar, tostar y moler para que no pierdan el sabor. Todo un descubrimiento. El café que degusté fue Las Brisas, de Guatemala. Sabor a yema tostada, avellana y chocolate. Acompañado de un bizcocho suave, casi magdalena. La espera se puede amenizar con unas cuantas revistas de diseño, arquitectura y mobiliario. No es barato el café, pero merece la pena.
Para saber más del tema:
https://placidoygratahotel.com/
ROMUALDO MAESTRE