Ekaterina Alekseyevna, en ruso: Екатерина Великаяa, en español de España: Catalina la Grande |
Catalina II, Catalina la Grande, encargó a su consejero y
ministro Potemkin la modernización de la Nueva Rusia. Este ,
con el dinero recibido, se empleó a fondo en limpiar la cara del imperio ya en
decadencia construyendo puertos y adecentando ciudades, pero no atajó el
verdadero problema de las desigualdades sociales y las miserias que se vivían
en las aldeas. Sabedor de que la reina inspeccionaría sus obras pero no se
bajaría del carruaje, construyó casas de cartón piedra para satisfacer a su
señora Majestad. Las mismas que se iban desplomando a medida que la visita
concluía porque los caballos se llevaban las reales posaderas a otro escenario.
Desde entonces las aldeas Potemkin han pasado a la historia como las
construcciones fantasma, las fachadas de pega, los decorados camelo.
A nuestro alcalde-senador le pasa algo muy parecido. Incapaz
de asumir que ha llevado el municipio a la bancarrota, que nos ha endeudado
para varias generaciones, que no está preparado para embridar el caballo
desbocado de la deuda que crece y se desborda, se empeña en dar la imagen que
Alcalá es la ciudad de las artes y las letras, de la macro biblioteca y del
magno teatro, a mayor gloria del régimen. Pero la realidad es otra muy distinta,
más parecida a las fantasmadas de cartón piedra: no hay dinero ni para el papel
de las fotocopias. Aquí va a uno al Ayuntamiento para que le den un certificado
de empadronamiento y del “vuelva usted mañana” de Larra hemos pasado al “vuelva
usted dentro de una semana”, a ver si logramos engañar a otro para que nos siga
suministrando tóner y folios. Esta es la Alcalá real, la que nadie quiere ver
desde los despachos oficiales porque se avergonzarían de cómo se ha dilapidado
el dinero de los contribuyentes. La que esconde la cabeza como la avestruz
cuando se habla de adelgazar una administración local insostenible,
sobredimensionada e ineficiente. La que no tiene ningún empacho en criticar los
recortes de los que no sean su propio partido y nos suben un 10 por ciento
todos los años los impuestos. Así les va, así nos va.
Todos los años, don Antonio, nos sube un 10 por ciento los impuestos |
PUBLICADO EN LA VOZ DE ALCALÁ EL 1 DE NOVIEMBRE DE 2012
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