Catalanes que no quieren la independencia |
Estimado amigo,
Convive, con la cotidiana lucha de familias y empresas españolas por salir adelante de esta crisis económica, el desafío de quienes, frente a los demás, reivindican una independencia que subvierta aquellos valores en los que los españoles nos reconocemos y encontramos: unidad, solidaridad, igualdad y libertad, recogidos ampliamente en nuestra Constitución.
Abundan los representantes de las más altas Instituciones de los distintos Poderes del Estado que, como mucho, contraponen una calculada abstención ante tal atentado contra la solidaridad entre españoles o recurren a meros argumentos económicos para, sobre ellos, mantener la unidad de todos los españoles como si la Unidad de nuestra Nación, tan sólo dependiera del saldo de una cuenta de pérdidas y ganancias. En la España , esa en la que nos reconocemos, que ha conseguido avanzar en la integración de todos cuantos han venido buscando un futuro digno, se le ha impuesto a nuestros hijos un adoctrinamiento que, impunemente, los va envenenando en el odio al semejante a lomos de una historia local maniquea y falsa que sólo busca levantar fronteras allí donde la tierra era llana.
Si educar en el odio al diferente es, afortunadamente, una práctica socialmente reprobada y judicialmente perseguible, ¿qué razón encontramos para permitir una educación que fomente e inocula el odio entre los españoles según su residencia?
Las propias lenguas de España parece que han dejado su natural esencia de mecanismo social de entendimiento para ponerse al servicio del enfrentamiento y blandirse como obstáculos en el desarrollo vital de aquellos que han de procurarse su porvenir en otras tierras distintas de las que le vieron nacer.
Quienes impulsamos esta celebración del 12 de Octubre, hacemos un llamamiento, a todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria, a las extraparlamentarias y a la sociedad civil en general, a trabajar juntos en alumbrar soluciones inmediatas ante la grave crisis económica, política, social y moral que invade nuestro país.
Pónganse los partidos políticos de acuerdo porque la sociedad ya lo está en defender este espacio de solidaridad y ayuda mutua que es España. Dejen de ser entes autistas incapaces de ponerse de acuerdo salvo cuando se trata de sacar adelante un plan financiero de ajuste impuesto por Bruselas. España no es un solo un puñado de cifras económicas ni una Nación que por única ley tenga el reglamento de un casino.
Es la hora de un gran acuerdo nacional que responda, sin complejos, a las amenazas, hasta ahora, impunes que desde las propias instituciones de la Nación se están llevando a cabo por quienes de una manera u otra han decidido socavar los cimientos de España y lo hacen, para mayor escarnio, con dinero público.
Es la hora inaplazable de replantearse sin miedos ni servidumbres, la organización territorial del Estado. Una sociedad democrática y madura tiene derecho a plantearse si sus administraciones atienden eficazmente los servicios públicos y así, revisar y remover todas aquellas duplicidades y triplicidades que sólo sirven a los intereses de la clase política y a los intereses territoriales de partido cargando sobre los hombros de los españoles, el peso de unos presupuestos hipertrofiados que nos hace pagar impuestos hasta la extenuación.
En Cataluña durante el pasado mes de septiembre hemos podido constatar que el nacionalismo, apoyándose en la máxima autoridad de dicha Comunidad Autónoma, ha desafiado al pueblo español solicitando expresamente una consulta popular soberanista que no ha recibido una respuesta clara y contundente por parte del Gobierno de la Nación. Es por ello, por lo que nuestro manifiesto toma aún más importancia, considerando que la movilización de la sociedad civil es vital para mantener la unidad nacional y para superar resueltamente esta crisis que nos angustia pero que no conseguirá vencernos.
Si los políticos elegidos electoralmente continúan dimitiendo de su condición de representantes del pueblo español, se ahondará en esta sangrante realidad que nos muestra a España como una superposición de particularidades yuxtapuestas sin que nadie recuerde ni de dónde venimos ni si tenemos un futuro juntos.
La sociedad civil, los españoles que cada día nos echamos la Patria a hombros y con nuestro esfuerzo llenamos el plato de comida y las alforjas de esperanza, estamos seguros de que nos espera y nos pertenece un porvenir alegre en el que, por encima de tierras, lenguas y credos, nos reconozcamos en una España ancha, resuelta en su identidad y repleta en libertades.
Plataforma Ciudadana 12 de Octubre en Sevilla.
Más de 50 periodistas y ocho cadenas de TV en la presentación del acto contra la secesión |
El acto de apoyo en Sevilla tendrá lugar el la Plaza de la Pescadería a la una del mediodía |
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