Acanthus Mollis |
Tantas veces,
Yo quise
Decírtelo,
Apretando, tercamente,
Tus manos,
Pausadamente;
Cerca de tu próxima
Boca,
Con palabras, a un tiempo,
Precisas, suaves, discretas, dulcemente.
Pero
Ya es tarde
Y solo me queda
Aceptar que, en este instante,
Me golpee tu recuerdo,
Mientras paseo
Por donde estuvo tu calle
Y marchamos juntos, lentamente,
Morosos en la vida, sin tiempo,
Uno junto al otro, apretadamente.
Mientras, la cálida tarde
Cae
Penosamente,
Golpea los árboles
Y reverberan en el suelo
De tus pasos los ecos.
Porque ya no estás,
Y te has ido, irremediablemente;
Porque ya no hay respuestas, ni voces tuyas en el viento;
Permitidme,
Entonces, al menos,
Que pergeñé
Estos versos,
Para poder evocar tu rostro,
Mencionar tu nombre
Y rezar en silencio.
Madrid, 22 de mayo de 2024.
DOMINGO CARBAJO VASCO