sábado, 3 de noviembre de 2012

Cáceres, sólo por detrás de Praga y Tallin

Tercer conjunto monumental europeo


Imagen de la ciudad tomada desde la Torre de Bujaco
Que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986 es un dato bastante conocido de Cáceres. Lo que es menos sabido es que en 1968 su “Ciudad Monumental” fuera catalogada por el Consejo de Europa como el tercer conjunto monumental europeo, después de Praga y Tallin, categoría que la sitúa entre las más grandes por su belleza. De hecho, su casco histórico de la Edad Media y el Renacimiento es uno de los mejores conservados y completos del mundo.

Cáceres, con una excelente vía de comunicación gracias a la autopista que casi pisa sus faldas, es la ciudad perfecta para pasar un fin de semana cultural. A sus innumerables monumentos, únanse un par de museos, el provincial y el de arte contemporáneo, dignos de figurar entre los de primera fila a nivel nacional. La Concatedral de Santa María, el Palacio de las Veletas, los palacios de los Golfines de Arriba y los de Abajo, la Casa del Sol, la Torre de Bujaco o el Arco de la Estrella son los más bellos, admirables e imprescindibles de ver en una visita corta. Pero no menos interesante es pasear intramuros por sus calles empedradas de historia, silencio, ausencia de tráfico y buen gusto por la conservación, algo que echamos bastante de menos en España. Las torres desmochadas por orden de Isabel La Católica para castigar y reprimir la desobediencia de sus dueños por apoyar a Juana de Trastámara o la Beltraneja son nuestro pasado en forma de teatro presente y vivo. Hasta 21 torres defensivas de excelente factura se pueden contemplar en esta inigualable ciudad extremeña. Solamente por disfrutar con los dos aljibes de agua mejor conservados, el árabe y el que se encuentra en la Iglesia de San Francisco Javier, merece la pena el viaje. Por poner sólo una pega, un catálogo del magnífico museo provincial, daría más empaque y prestancia a la colección. (Sólo venden apuntes sueltos por temas).

Oxidación controlada, memoria viva

Si alguien le pregunta dónde se come bien en Cáceres la respuesta más corta es que en cualquier sitio. Lo difícil es saber alguno malo. Los productos de la tierra, muy ligados al cerdo ibérico, la torta del Casar, los vinos, verduras y frutas de temporada son la mejor carta de presentación de unos restaurantes donde se sentirá bien atendido y mejor compensado, por la relación entre lo que se lleva puesto y los euros que deja. Precios tiene para elegir entre todas las posibilidades, desde una tasca hasta un dos estrellas Michelín (Atrio). Mi recomendación personal son: El Figón de Eustaquio, Torre de Sande y el Palacio de los Golfines. En cuanto al alojamiento, les recomiendo el Parador Nacional, recién restaurado o el NH Palacio de Oquendo con unas ofertas de alojamiento magníficas. Por último, un consejo: olvídese por unos días del coche. Pregunte en su hotel por algún convenio con aparcamientos públicos por la zona y deje el vehículo bajo techo. No merece la pena cogerlo para nada, todo está a un tiro de piedra del centro (incluido las únicas salas de cine) y aparcar es una proeza por el poco espacio disponible. Luego descubrirá qué gran decisión ha tomado.

Gárgola del museo provincial


Adarve o calle adyacente a la muralla


Cielos de Extremadura


Centro de interpretación de la Semana Santa cacereña (Una norteamericana lo confundió con una sede del
Ku Klux Klan y le dio un síncope, me explica la guia)

La puerta de la Estrella


Surcando Cáceres


Cuarto de baño de una casa árabe


Escudos nobiliarios por doquier


Luna llena


Piedra y libertad


Tumbas de la Catedral


Detalle del templo


El peso de la fe


Marcó las horas de la ciudad. Hoy se encuentra en el museo municipal


Falta el perro


Todos colaboran

Balones embarcados


Paseo nocturno


Jesús crucificado


Hoy en día un arquitecto le diría que esta composición es imposible


O nos quita Economía o Salud. Ya ni club de fumadores


Tierra de cigüeñas


A los pies de la concatedral


Amanecer en la plaza de San Juan


La torre de Bujaco


Ajustando las cuerdas

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