Arco de San Miguel en Alcalá de Guadaíra |
El arco de San Miguel es como una aduana entre el Castillo y Alcalá, un paso fronterizo entre dos mundos, tan unidos por lo físico y separados por lo material. Arriba, el trapicheo, el sobrevivir como se pueda. Abajo, el comercio, la legalidad establecida, los impuestos y los impostados; aunque con esta crisis de valores, donde la catetería y el nuevo riquismo han alcanzado la categoría de belleza, también los que vivimos más a ras de suelo buscamos supervivir. Miedo me da los planes del Ayuntamiento para desdoblar la calle y que puedan subir los autobuses llenos de japoneses con o sin cámara. Dios quiera que no les llegue el dinero. A los de abajo, claro.
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