Los nidos de cerámica se incrustaron en la muralla del Castillo de Luna |
En Mairena del Alcor, Sevilla, cuando restauraron el Castillo de
Luna, la que fue casa particular que adquirió el famoso arqueólogo George Edward Bonsor, se dieron cuenta de la importantísima colonia de cernícalos que
allí habitaban. Con el fin de evitar que siguieran haciendo sus nidos entre los
espacios de la mampostería idearon un sistema un tanto singular: crear sus
propios nidos artificiales de cerámica e incrustarlos durante la reforma. Para ello
tuvieron que consultar con alfareros y hacerlos a mano. Hoy, estas piezas permanecen ocultas,
pero aquí quedan reflejadas como otra curiosidad de barro cuya utilidad muy
pocos podían aventurar que se fuera a producir.
El Castillo de Luna en Mairena cuando aún estaba en obras. Arriba en el centro se puede ver un cernícalo. Los agujeros de la segunda muralla llevan sus correspondientes nidos de cerámica |
Nido de cernícalo con sus crias. Esta imagen no es de Mairena |
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