sábado, 1 de diciembre de 2012

¿Patatas a 23,14 euros el kilo? Sí, las violetas


Las patatas violetas presentan muchos ojos hundidos
 

¿Se acuerdan de aquellos Makros primerizos que parecían un almacén de mercancías? Lo único que había individualizado y al por menor era la factura que te daban al pasar por taquilla con tus cajas y más cajas de alimentos y productos de limpieza. Pilas de palés unos encima de otros hasta perderse la vista en el infinito de unas naves muy feas, mal iluminadas y situadas en aquellos “polínganos” industriales; esa frontera entre lo urbano y lo semi surrealista, donde no se sabía muy bien si allí se fabricaba algo útil para el bien de nuestra querida España que no fueran patatas fritas o simplemente se almacenaban contenedores venidos de Extremo Oriente con bienes también extremos.

Pero esos carromatos que lo mismo servían para hacerte la mudanza de tu apartamento que llenarlo de un retráctil de 25 paquetes de azúcar cuando tú solamente necesitabas dos han desaparecido. Con la nueva Alemania también vino el nuevo Makro. Se acabó la logística de, porque es barato me llevo 50 kilos de harina, por la de, mejor poco pero variado. Y así, entrar en uno de esos establecimientos es como hacerlo en otra dimensión de las grandes superficies. Etiquetas electrónicas inteligentes que no gastan papel en las estanterías, tarjetas de socios sin contacto, lectores de barras en las cajas con tecnología wifi… Un poco el avance de lo que vendrá dentro de nada, cuando ya ni siquiera haga falta descargar los productos en la cinta sin fin para calcular el total; (lo que buscan como locos todos para ahorrarse el sueldo de las cajeras).


En el futuro, todos los precios serán así
En Alcalá de Guadaíra, a 20 kilómetros de Sevilla, acaban de inaugurar quizás el último, apenas tiene una semana. Aunque está llamado a ser un lugar de aprovisionamiento de los profesionales de la hostelería, la cadena germana despacha sus carnés con bastante laxitud, y basta ser simplemente un autónomo para que te concedan dos, que además, no están personalizados y lo pueden usar cualquier miembro de la familia. Impresionante, como siempre, las secciones de frescos, verduras, frutas, pescados y carnes. Digna de alabanza la de los vinos, licores, charcutería, y congelados; pobre en dulces. ¿Y de precio? Ni caro (por el buen servicio, limpieza y variedad), ni barato (ya que se supone que es un supermercado de mayoristas). Ahora bien, el deleite de contemplar -como nos gusta a los amantes de la gastronomía-, algunas singularidades difíciles, no tiene precio.

Curiosa caja con seis variedades de setas silvestres

 
Como muestra, estas dos imágenes. Las patatas violetas o vitelotte, de piel morada, casi negra, al igual que su carne y que se ha puesto de moda entre los grandes chefs. De historia incierta, la única constancia es que procede, como todas, de Hispanoamérica. Muy almidonada y más suave que la blanca, se puede hacer de todas las maneras habituales (fritas, asadas, hervidas, en puré…) Ahora bien, átense los machos y preparen la cartera, 23 con 14 el kilo. Casi nada. La otra, es una coqueta caja de seis variedades de setas silvestres. Un perfecto regalo, pero sólo para estas Navidades, porque no siempre se pagan 25,22 euros por el capricho. Por último, no está en venta, pero merece una reseña fotográfica, el paquete de plástico negro que se utilizó para la inauguración, donde florecen, por llamarlo de alguna manera, preciosas setas cultivadas.

[Lo mejor del día fue, sin embargo, que a la salida del establecimiento se encontraban dos voluntarias con cajas de cartón del Banco de Alimentos para que nos acordáramos de los que tienen grandes necesidades; donar una pequeña contribución me hizo sentirme muy feliz, y de camino, reírme de los iluminados Sánchez Gordillos]



Paquete de presentación con setas cultivadas

 



Detalle



 

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