miércoles, 14 de marzo de 2012
En manos salvíficas
El surrealismo volvió a pasearse por el canalillo de la Junta en un pretendido debate sobre el empleo. Un consejero del ídem de una comunidad que aporta uno de cada cinco parados de España y entre cuyas principales ocupaciones está el teclear cientos de tuits (o como c. se escriba) al día. Un alcalde que lleva 30 años socializando el campo y ocupando fincas y al que sólo le faltó proponer que se imprimieran más billetes para acabar con el paro (pidió un banco público andaluz, de dinero, no para sentarse). Y un moderador con el único cometido de controlar los tiempos de intervención pero sin sugerir un tema o una crítica o una pregunta incómoda para el poder. Y a este batiburrillo -o tomadura de pelo democrática-, lo llaman debate electoral. En Estados Unidos, país al que nuestros protagonistas odian o con el que simpatizan bien poco, les dices que esto es un debate y las risas se escuchan en Illinois. Allí un candidato se puede jugar muchos años de preparación simplemente porque alguien de entre el público se levanta y le pregunta cuánto vale una bombona de butano o cómo se llama la capital de Ruanda-Burundi y se queda in albis. Pero esto es lo que hay. Eso sí, la voz de Recio es nada de Almería, atildada y como de vendedor bueno de coches de lujo.
FOTO CEDIDA POR RTVA
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