viernes, 30 de marzo de 2012

UN TRANVÍA LLAMADO DESEO


Si Elian Kazan tuviera que volver a rodar elegiría Alcalá

Tengo un deseo, me confesaba una prima puretona como servidor: que mi hijo vaya a la Universidad de forma distinta a como yo lo hice. El chaval creo que acabó la carrera y debe de andar como todos, en la duda de si seguir viviendo de la sopa boba en casa de sus padres o emigrar a Alemania como hicieron sus abuelos. Esta es la Andalucía que hemos heredado, después de 30 años de los mismos y dos o tres modernizaciones, que ya hemos perdido la cuenta de tanto progreso encadenado.
   Pues nada, a Sevilla se va de la misma forma que siempre. En la Casal, esa empresa de autobuses que debe vivir de las comisiones de los fabricantes de coches, profesores de autoescuelas y concesionarios de marcas. Todos los que la prueban acaban comprándose un auto.
   Si Elian Kazan tuviera que volver a rodar la magnífica obra de Tennessee Williams, “Un tranvía llamado deseo”, elegiría Alcalá. Esos decorados únicos de plataformas inmensas de hormigón en torno al Cristóbal de Monroy. Esas vías muertas por las que tardará ni se sabe el tiempo hasta que pase un tren. Aquellas estaciones inexistentes sin pasajeros, ni revisores, ni máquinas de refrescos y expedición automática de billetes. Da gusto esos tranvías que nos han vendido ni se sabe el número de veces y no van a ninguna parte. El día menos pensado un ejército de rumanos se llevarán los raíles y los venderán como chatarra, si no, al loro. Entonces, los caminos de hierro de Alcalá de Guadaíra se convertirán en los de la vergüenza.
   Nos quedaremos con la duda de cómo iban a retumbar los edificios cuando los vagones pasaran a ocho metros de muchos edificios. O cuántos minutos le ganábamos al reloj al elegir este transporte colectivo en vez del coche. Pero esto es lo que hay. La gasolina en máximos históricos y las paradas de la Casal en lucha permanente, entre los que están abocados a esperar en sus marquesinas porque carecen de dinero con el que llenar el depósito para ir al curro, y los que han dejado de ocuparlas porque ya ni tienen trabajo.

PUBLICADO EL 1 DE ABRIL

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